En
los 200.000 años que llevamos los hombres sobre la Tierra hemos roto el
equilibrio que durante casi cuatro mil millones de años de evolución se había
establecido en el planeta.
El
precio que debemos pagar es alto, pero es demasiado tarde para ser pesimistas:
la humanidad dispone de pocos años para invertir la tendencia, darse cuenta del
grado de destrucción de la riqueza de la Tierra y cambiar su modelo de consumo.
Es
por esta razón que considero que la esperanza del planeta son las nuevas
generaciones que deben ser formadas en una educación de cuidado y preservación
del mismo.
Los
alumnos de 5º año de Ciencias Naturales iniciaron un trabajo que se basó en la regla de las tres “R” REDUCIR, REUSAR Y RECICLAR. El
proyecto realizado por cada grupo tuvo un producto final que hizo significativo
el aprendizaje de los contenidos para la concreción de la meta propuesta.
En
dicho trabajo se realizó previamente una
investigación sobre el cuidado del medio ambiente, se recolectó información de
diferentes fuentes, y se llevó a cabo el
proceso de reciclaje.
Se
reciclaron botellas, papeles, tubos de cartón, globos, y otros materiales.
El
objetivo fundamental consistió en concientizar al grupo de pares y a sus
familias la importancia de cuidar el medio ambiente, reusar y reciclar los materiales
y desarrollar actitudes de solidaridad.
El
trabajo significó esfuerzo, dedicación, voluntad, creatividad, interés y
solidaridad. Se logró incorporar en el mismo un vocabulario significativo y un
trabajo colaborativo.
La experiencia
resultó valiosa para toda la comunidad educativa, ya que significó la
incorporación de nuevos conocimientos, procedimientos y habilidades, cuyo
objetivo final será formar hábitos
duraderos respecto del cuidado
ambiental.
Prof. María Luján Mémoli
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